martes, 15 de abril de 2008

"CAPITÁN, MANDE FIRMES"

Mujer, ministra, embarazada y pasando revista al Ejército
Carme Chacón en Defensa: cuando la normalidad hace historia

En el patio del ministerio de Defensa, en Madrid, una mujer joven, catalana, progresista y embarazada ha ordenado hoy: “Capitán, mande firmes”. Y eso es lo que ha hecho de inmediato el oficial, permitiendo a esa mujer dar a continuación vivas a España y el Rey.

Colgado de inmediato en muchas páginas web, ese minuto, desarrollado con sencillez y naturalidad, es, sin embargo, histórico. Jamás habíamos visto algo igual en España (y probablemente en ningún otro país, porque ministras de Defensa ya hay unas cuantas en el mundo, pero embarazadas, que yo sepa, ninguna hasta Carme Chacón). Pero lo esencial es que ese minuto introduce a nuestro país en la normalidad en un terreno importantísimo de la acción del Estado.

Una anormalidad cancelada
Asociamos lo histórico con lo trágico y/o lo dramático, pero en ocasiones, por ejemplo la llegada de la paz, lo histórico es el comienzo o el regreso de la normalidad. Y creo que la pregunta a formularse estos días no es por qué Zapatero ha nombrado a Carme Chacón ministra de Defensa, sino por qué ninguna mujer había dirigido hasta ahora nuestras Fuerzas Armadas. Ésa era la anormalidad que ha sido cancelada hoy en el patio del ministerio de Defensa.

El cretino de Burgos

Aparte de ese señorito cretino que se llama Antonio Burgos, ¿hay alguien que sostenga que una mujer está incapacitada para desempeñar la cartera de Defensa? ¿Y por qué esa mujer no puede estar embarazada?

Una todoterreno en la política

Carme Chacón es una todoterreno de la política, capacitada para asumir prácticamente cualquier tarea o cualquier ministerio. Ahí queda su espectacular victoria en Cataluña en las elecciones del 9-M, por citar tan sólo lo último. Y en concreto, le sobra lo que se precisa para dirigir Defensa: sentido del Estado, visión del mundo, laboriosidad, inteligencia, aptitudes para el compromiso cuando éste es necesario y capacidad de mando cuando la situación así lo exige.

Satisfacción en las Fuerzas Armadas

Estoy seguro de que la gran mayoría de las Fuerzas Armadas españolas ha recibido con satisfacción este nombramiento. Nuestros soldados, hombres o mujeres, son unos profesionales como la copa de un pino. En los últimos lustros han demostrado su capacidad para servir a España con rapidez, lealtad, eficacia y discreción aquí y en el exterior, con Gobiernos de izquierda o de derecha, en épocas de bonanza y de crisis, con servicio militar obligatorio o sin él… La normalidad con la que asumen la normalidad es uno de los grandes éxitos de nuestra democracia (ya me gustaría mí que la Iglesia Católica tuviera tan claro que no debe meterse en política, que para eso hay otras cosas: partidos, elecciones, Parlamento, Gobierno…), y en eso algo tuvo que ver otro ministro socialista y catalán, Narcís Serra. Y por lo demás, ojalá la Administración de Justicia funcionara tan bien como nuestras Fuerzas Armadas.

Misiones en el extranjero

He escrito en muchas ocasiones que me siento orgulloso y agradecido por el trabajo que nuestros soldados realizan en misiones de paz en los Balcanes, Líbano y Afganistán. No fueron allí a iniciar ninguna guerra, sino a intentar detenerlas, y esto por orden del Gobierno de España, en sintonía con las resoluciones de Naciones Unidas y trabajando codo con codo con nuestros socios europeos. Las tres situaciones, sobre todo la de Afganistán, son difíciles y me temo que le darán disgustos a Carme Chacón. Pero estoy seguro de que cuando lleguen los malos momentos, la ministra estará a la altura.

ANÁLISIS DE JAVIER VALENZUELA

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